A medida que el verano toca a su fin en el hemisferio norte, el Sol y la Luna se unen en Virgo y el navegar entre dos estados nos devuelve a la realidad de lo práctico y lo cotidiano.
Seleccionar, medir y mejorar aquello que sabemos nos haría la vida más fácil nos empuja sutilmente a salir a la búsqueda de pares con los que quizás necesitemos (volver a tener) un punto de encuentro. Hermes está en la labor y tras averiguar qué nos define se calzará sus sandálias aladas buscando dar forma a un discurso merecedor de semejantes conclusiones.
Afrodita le asiste y hará gala de sus mejores dotes de seducción: Ética y estética. Pragmatismo y belleza. Equilibrio y razón. Las oportunidades están ahí para aquell@s capaces de adentrarse en las entrañas del pasado y rescatar de éste el deseo de amar. Hades guarda celosamente el tesoro y derrumbar la torre de Sauron nos llevará a un viaje de ida y vuelta a las tierras de Mordor. El anillo sólo puede ser destruido en el mismo lugar donde se forjó.
Ares conoce de la misión y ya se ha puesto el traje de camuflaje. Esta vez se trata de una incursión rápida y limpia. Sutileza y precisión quirúrgica. Fuerzas Especiales. Lo importante es saber dónde y cúando atacar. Los cimientos sustentan estructuras… quizás ese haya sido siempre el objetivo.
Zeus y Cronos andan de nuevo conpinchados. Quien controla el presente, controla el pasado…y el futuro. La mirada atrás nos devuelve imágenes. El circo ha vuelto a la ciudad. La sala de los espejos. Realidad y apariencias de realidad. Neo y el oráculo. Poseidón y sus métodos… Las atracciones tienen un precio. Y ese precio es la verdad.
Urano repasa sus notas desde el laboratorio: Quizás las cosas del comer (y del desear) requieran la mayor de las revoluciones. ¿La singularidad es sólo un concepto tecnológico?. La apuesta es arriesgada pero la recompensa es el bien más preciado para aquell@s que se atreven a soñarla. Y a vivirla. Todos los días. Aquí y ahora.
Suerte!.