Iniciamos un nuevo año solar mirando hacia un futuro contemplando a la vez, todo aquello que dejamos en el camino.
Nuestros deseos se tiñen de visceralidad. Venus quiere lo quiere. Aunque para conseguirlo tenga que bajar a los mismísimos infiernos. Y quizás así sea. Plutón la espera para recordarle que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda.
Marte quiere respuestas y las quiere para ayer. El compromiso es ante todo con uno mismo. Nadie dijo jamás que ser un individuo fuera tarea fácil. Y es que desprenderse de lo ajeno confunde. Sobretodo cuando es fruto del condicionamiento….aunque todo ello se lleva mejor si al salir se da un buen portazo.
Hermes como siempre atareado con noticias que esta vez quizás no sean tan agradables como necearias. El sentido común es el menos común de los sentidos y tal vez una imagen no valga más que 1000 palabras. Sobretodo cuando éstas pelean por salir de nuestras gargantas: «Mi reino por un altavoz».
Júpiter nos habla de un futuro aún por llegar…»pronto», dice. Todo pasa. Incluso aquello que ahoga la esperanza. La luz siempre retorna al mundo… Incluso para el viejo Saturno. ¿Podremos rescatar de lo vivido algo que realmente sea digno de recordar?. La sobriedad se disfraza de destino y quizás nos sorprenda dándonos lecciones que nos hagan crecer y llorar al mismo tiempo. La paradoja mental se devora a sí misma. Hace ya mucho tiempo que los Titanes habitan en el Tártaro.
Neptuno se despide, por ahora, con una mueca que esboza idealismo y desilusión a partes iguales. La realidad y la ficción no son tan diferentes después de todo. Puede que Matrix no sea solamente el nombre de una película.
Urano anda discreto y eso no es algo propio de él. La lucha entre lo nuevo y lo viejo no ha hecho más que comenzar. El toro ya anda inquieto en la pradera…y en la acera de Wall Street.
Suerte!